Transformando la Autoconciencia en Autogestión

En el artículo anterior exploramos la importancia de la conciencia emocional: saber qué sentimientos y por qué. Este autoconocimiento es el nacimiento que permitirá a los jóvenes de 18 a 25 años enfrentar los desafíos de su camino vocacional y profesional. Ahora, como padres, el siguiente paso que podemos apoyar es el manejo de uno mismo, la habilidad de usar ese autoconocimiento para responder de forma positiva, flexible y estratégica a las situaciones diarias.

La juventud temprana es una etapa llena de decisiones críticas: la elección de una carrera, un posible cambio de ciudad, la primera experiencia laboral o la independencia financiera. Todos estos hitos requieren no solo de claridad mental, sino también de una gestión emocional que permita no caer en reacciones impulsivas o en paralización frente al temor.


El Manejo de Uno Mismo (autogestión emocional) implica más que simplemente “contar hasta diez” cuando aparece la ira. Se trata de una práctica continua: reconocer emociones a tiempo, entender su causa y tomar medidas conscientes. Esto evita el autosabotaje y potencia la capacidad de trabajar a largo plazo por metas que realmente importan.

Algunas estrategias prácticas para fomentar la autogestión emocional incluyen:

  1. Respiración Consciente

Cuando las emociones se intensifican, aprenda a inhalar y exhalar profunda y lentamente ayuda a recuperar la claridad. Esta técnica libera la tensión y te permite responder en lugar de reaccionar.

  1. Equilibrar Razón y Emoción

Ante la incertidumbre (por ejemplo, si tu hijo duda entre dos carreras), anímalo a escribir razones racionales (pros y contras objetivos) y razones emocionales (miedos, ilusiones, necesidades personales). Visualizar ambas listas facilita una mejor toma de decisiones.

  1. Hacer los Proyectos Públicos

Si tu joven está considerando emprender un negocio o realizar una beca en el extranjero, sugerirle compartir sus planes con amigos o mentores le otorgará un sentido de responsabilidad y motivación. Esto reduce la tendencia a posponer acciones y fomenta la disciplina.

  1. Espacios de Decisión Diferidos

No tomar decisiones importantes en un momento de enojo o euforia exagerada. Dormir sobre un problema, caminar un rato o buscar una segunda opinión neutral, puede evitar acciones impulsivas.

  1. Desarrollar un Diálogo Interno Constructivo

Cambiar frases como “nunca” o “siempre” por “en esta ocasión” ayuda a no generalizar los fracasos o dificultades. La precisión en el lenguaje interno reduce la ansiedad y el pesimismo.

  1. Visualizar el Éxito

Imaginar cómo se enfrentarán situaciones complejas, anticipar soluciones y pensar en las recompensas de alcanzar una meta motivan a mantener la calma bajo presión.

  1. Dormir Bien y Descansar la Mente

Un sueño reparador y pausas mentales cotidianas (meditación, ejercicio, actividades recreativas) mejoran la capacidad del cerebro para manejar emociones difíciles.

  1. Buscar Perspectivas Neutras

Conversar con alguien que no esté emocionalmente involucrado en el problema aporta una visión fresca. Esto es especialmente útil cuando nuestro hijo se siente bloqueado, confuso o abrumado ante sus decisiones vocacionales.

  1. Aceptar el Cambio como Parte Natural del Proceso

Comprender que el cambio es inevitable permite soltar el apego a lo conocido. Esto facilita la adaptación a nuevas circunstancias, un factor crucial para el mundo laboral actual.


La autogestión es la segunda pieza clave de la inteligencia emocional. Tras conocer nuestras emociones, el siguiente paso es aprender a manejarlas con destreza. Como padres, apoyar a tu hijo en este camino significa fomentar un ambiente donde las decisiones se tomen con serenidad, donde se aprenda de los errores en lugar de temerles y donde el crecimiento personal y profesional sea una consecuencia natural.

En el siguiente artículo, exploraremos la dimensión interpersonal de la inteligencia emocional: cómo desarrollar la conciencia de los demás y el manejo de las relaciones para que tu hijo pueda conectarse de manera auténtica con su entorno.

Consejo: Manejo de Uno Mismo

Cuando enfrentes una situación estresante, haz una pausa consciente: respira profundamente tres veces, y luego elige una acción específica que promueva tu bienestar (puede ser dar una caminata corta o tomar un vaso). de agua). Esta respuesta intencional te entrenará para manejar tus emociones, en lugar de que ellas te manejen a ti.